Al aire libre el radón no supone un riesgo ya que se disuelve en la atmósfera, el problema aparece en espacios cerrados, donde no se puede diluir en el ambiente, y por tanto aumenta la concentración de gas radón en el aire que respiramos.
Al aire libre el radón no supone un riesgo ya que se disuelve en la atmósfera, el problema aparece en espacios cerrados, donde no se puede diluir en el ambiente, y por tanto aumenta la concentración de gas radón en el aire que respiramos.